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Inteligencia emocional: qué es y cómo promoverla en niños

El 2020 nos dejó grandes enseñanzas, entre ellas la necesidad de educar emocionalmente a los alumnos

El 2020 nos dejó grandes enseñanzas, entre ellas la necesidad de educar emocionalmente a los alumnos.



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El 2020 nos dejó grandes enseñanzas, entre ellas la necesidad de educar emocionalmente a los alumnos. Desarrollar la inteligencia emocional desde niños es vital para que éstos aprendan a manejar y expresar sus emociones.  En este artículo te contamos su importancia y qué podés hacer en la escuela para ayudar a los más pequeños.

Como seres humanos, es claro que todos pensamos y sentimos de diferentes maneras. Sin estas emociones no podríamos disfrutar y vivir experiencias a lo largo de nuestra existencia.

Pero el cómo manejamos estas sensaciones y sentimientos determina de gran forma nuestra vida, pues puede llevarnos a incorporarnos a la estructura social y ser personas integradas socialmente o, por el contrario, vivir excluidas, frustradas y retraídas en nuestro propio mundo. De aquí la gran importancia de desarrollar la inteligencia emocional, especialmente desde una edad temprana.

Pero ¿qué significa este concepto y cómo podés comenzar a trabajarlo en tu escuela para impulsarlo en los niños? Aquí te lo explicaremos.

¿Qué es la inteligencia emocional?

El psicólogo Howard Gardner introdujo la Teoría de las Inteligencias Múltiples en los años 80, ya que consideraba que los test de coeficiente intelectual eran insuficientes para obtener una apreciación completa de la inteligencia de una persona.

De aquí se deriva el concepto de inteligencia emocional, que es la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los de los demás, de motivarnos y de saber controlar y manejar bien las emociones, tanto en nosotros mismos como en nuestras relaciones interpersonales.

Es por eso que en la inteligencia emocional se mezclan la cognición, el afecto y los estados de la mente, mostrándonos que no es posible separarlos y que del mismo modo que sucede con cualquier aprendizaje, las emociones son quienes determinarán nuestra manera de afrontar la vida. En este sentido, la infancia es una etapa crucial en el proceso de aprendizaje de control y manejo de éstas.

La inteligencia emocional en los niños

Cuando somos niños, nuestra capacidad de aprendizaje es infinita. Es en ese momento en el que formamos nuestras bases para la adultez, establecemos actitudes y adquirimos hábitos emocionales y en el que, por lo tanto, se debería fomentar el aprendizaje de la inteligencia emocional.

Si muchas veces como adultos se nos dificulta manejar las emociones, imaginate lo que puede ser para un niño controlar su frustración, irritabilidad o enojo al carecer de experiencias previas similares y no tener una clara estrategia para afrontarla. Difícil, ¿verdad?

Según Del Barrio, en su libro Emociones infantiles, evolución, evaluación y prevención (2005), “cuando las emociones no se expresan, no se dominan o no se adecua a la situación del entorno aparecen las disfunciones, el desajuste emocional que se presenta cuando hay falta de oportunidad o adecuación de las reacciones propias o cuando hay malas interpretaciones de las emociones ajenas”. Entonces, si desde pequeños los niños aprenden a reconocer y manejar las emociones propias y ajenas, podrán ser más conscientes de sí mismos y valorar mejor sus relaciones interpersonales.

A continuación, te daremos algunas claves para que puedas hacerlo desde tu papel de educador y promover el aprendizaje socioemocional en tu escuela.

Cómo promover la educación emocional en la escuela

Alrededor de los cinco años, los niños comienzan a construir una identidad propia y afianzan las relaciones con otros. Para este momento, generalmente ya hacen parte de algún jardín o escuela y están en contacto diario con personas que no pertenecen a su familia.

Si bien es cierto que la mayor parte de sus conductas las copian de padres y familiares, la escuela puede ayudar e intervenir positivamente en la formación de su inteligencia emocional o, dicho de otra manera, puede crear las condiciones ideales para que su desarrollo emocional se produzca cuánto antes y de la forma más positiva posible. Para esto es necesario que el maestro o tutor a cargo tenga formación al respecto y aborde el proceso de manera eficaz.

Existen algunas actividades y recomendaciones sencillas que pueden realizarse en la escuela para que los niños aprendan y mejoren su inteligencia emocional, tales como:

  • Usar un lenguaje afectuoso y, si es posible, abrazos con sus compañeros
  • Dejar normas claras y horarios que les ayuden a acomodarse al aula de clase
  • Comprender los miedos de los niños
  • Enseñarles las emociones a través de dibujos y de forma divertida
  • Que aprendan a expresarse sin miedo cuando algo no les gusta

Además, gracias a la tecnología, se han desarrollado herramientas digitales como Amigablemente, que ayuda a las escuelas a tener un programa de autoconocimiento y educación emocional dirigido a los alumnos más pequeños.

Estas sencillas prácticas puestas en conjunto contribuyen a que los pequeños alumnos aprendan a desarrollarse afectivamente sin problema. 

Si querés conocer más de este tema, hacé clic aquí y descargá de forma gratuita nuestro e-book: Las habilidades para el Siglo XXI – Aprendizaje socioemocional, donde conocerás los nuevos desafíos escolares y cómo podés ayudar a tus alumnos a mejorar sus habilidades socioemocionales.

Referencias bibliográficas: DEL BARRIO, M., (2005), Emociones infantiles, evolución, evaluación y prevención, Madrid, España: Editorial pirámide.

Valentina Eastman/Pearson Colombia


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