Revista Colegio

Las mejores propuestas educativas

“La escuela tiene una oportunidad histórica para repensarse”

María Belén González Milbrandt, asesora en innovación educativa

María Belén González Milbrandt, asesora en innovación educativa



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María Belén González Milbrandt, asesora en innovación educativa, dialogó desde Rosario con Revista COLEGIO en el marco del ciclo de entrevistas en vivo por Instagram. Su charla, denominada “Del modelo panóptico a la escuela virtual”: innovar durante la pandemia”, giró en torno a los posibles aprendizajes que esta crisis dejará al mundo entero y a la educación en particular.

Tras contar su experiencia como coautora del libro “Un giro copernicano a la educación” junto a Marcelo Rivera (director de Revista Colegio) y Fabián Provenzano, Belén se refirió a su capítulo denominado “El futuro de la escuela: innovar o morir en el intento” y detalló que “innovar es ir intentando nuevas cosas. A veces salen bien y muchas otras salen mal; tenemos la posibilidad de intentar y aprender de los errores que podemos cometer en el camino”.

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“Durkheim (Émile, sociólogo y filósofo francés) plantea que la escuela sirve para preparar a las nuevas generaciones para insertarse en una sociedad determinada y yo me preguntaba es si realmente sabemos cuál es esa sociedad o si nos estamos preparando para un futuro incierto que necesita nuevas herramientas y esta capacidad de desaprender para aprender porque con la vertiginosidad de los cambios no podemos predecir cómo va a ser este futuro.

Silvina Gvirtz, en el libro “Decálogo para la mejora escolar” plantea que lo que hacemos cuando innovamos no es dinamitar la escuela y decir que todo lo que hicimos está mal, sino que se trata de analizar y tomar lo que venimos haciendo bien y seguir haciéndolo, pero explorando nuevas formas de hacer las cosas.

La Unesco dice que la innovación educativa es un acto deliberado y planificado de solución de problemas para la mejora de los aprendizajes. Esto es importante porque para solucionar algo tenemos que reconocer que hay un problema. Primero hay que “parar la pelota”, utilizando una metáfora futbolística. Debemos mirarnos al espejo. Oliverio Girondo dice que la rutina teje telarañas en nuestras pupilas. Está bueno frenar y poder mirar a la escuela con ojos de extranjero, detenernos y ver qué escuela tengo y qué escuela quiero y qué puedo hacer para llegar a esa escuela que quiero. Es la oportunidad que nos está dando esta cuarentena”, resumió González Milbrandt.

Mencionó que por momentos “se ponen de moda modelos educativos y todo el mundo quiere que lo repliquemos, como el modelo finlandés, pero cada innovación tiene que ver con el contexto, con el contrato fundacional de cada institución; no todo sirve para todos, no todos tenemos mismos problemas ni la misma identidad. Hay que partir del quiénes somos, quiénes queremos ser y por qué hacemos lo que hacemos”.

VENCER EL MIEDO A INNOVAR

La innovación y la comodidad no son pareja de baile”. Innovar no es para cualquiera. Es para aventureros, para aquél que tiene ganas de adentrarse en lo desconocido, de aventurarse a nuevas formas de hacer las cosas. Esa institución que innova no tiene temor a equivocarse porque sabe que va a hacerlo; tenemos que disfrutar del camino sabiendo que cuando nos equivoquemos podremos girar el timón e ir por el otro lado. Esa capacidad de resiliencia, de saber que nos equivocamos y buscar nuevos caminos es fundamental para la innovación también.

Por primera vez estamos viviendo algo sin precedentes. Un 93% de la cantidad de alumnos a nivel mundial están en su casa o estuvieron en su casa –por la pandemia del coronavirus-. La escuela tiene una oportunidad histórica de repensarse desde otro lugar”.

Capítulo aparte merecen, según Belén González Milbrandt, arraigadas costumbres como el timbre, la formación de los alumnos en las escuelas y hasta el uniforme. “En el libro hablo de cuando el recreo le gana a la clase y planteo qué sucede en los recreos, en ese encuentro amoroso entre seres humanos que comparte un espacio, esa creatividad, ese disfrute, un juego inventado, todos esos procesos creativos de emoción, de encuentro con el otro se dan en general en el recreo. En el Nivel Inicial se dan muchas de estas cosas y se pierden a medida que vamos subiendo. Me parece importante que no se pierda eso lúdico y esa libertad para crear e imaginar”.

Para la especialista, la escuela viene haciendo las cosas igual desde hace mucho tiempo, por ejemplo, en el hecho de formar a un brazo de distancia y mirar la nuca del compañero en orden de menor a mayor y hace falta “preguntarnos por qué estamos haciendo esto. A veces uno hace las cosas por inercia”. En ese marco, mencionó la necesidad de que la escuela funcione como una “red social, donde se relacionan personas, propiciando el encuentro desde el momento del ingreso, con el abrazo sincero, con la mirada, mirándonos a los ojos y preguntándole (al alumno) ¿cómo estás esta mañana?, ¿qué necesitás?, ¿estás bien? Es lo mismo que nos pasa hoy en plena pandemia cuando nos damos cuenta de que queremos poner a la escuela en modo virtual y seguir dando contenidos como si nada pasara y está pasando de todo. Adentro de cada casa también pasan cosas. Los chicos necesitan poder expresarse. Hoy no estamos distanciados socialmente; estamos alejados físicamente pero más conectados que nunca y están pasando un montón de cosas que tienen que ver con el ser humano: la empatía, la solidaridad, el aplauso sincero del reconocimiento, el encuentro con el otro, la búsqueda del encuentro. Esas cosas son las que deberíamos propiciar, pero hoy podemos hacerlo en la escuela virtual con las ganas de ver al otro y esas posibilidades que hoy nos brinda la tecnología”.

Además, “si queremos una escuela donde uno se mueva y pueda sentirse libre no va un uniforme acartonado. La ropa cómoda debería invitar al juego, a crear, al aprender haciendo, no tenerle miedo a ensuciarme.

Pedro Barcia habla de elementos identitarios y uno de ellos es el logo, el escudo del colegio. Entiendo lo del uniforme arcaico de 1950 –que en varios países del mundo ya dejó de utilizarse- pero también hay toda una cuestión de pertenencia a una tribu, una cuestión de identidad”.

ALUMNOS, PENSADORES CRÍTICOS

María Belén resaltó que, entre cosas, “el home schooling permite la autonomía de los chicos. Estudian a sus propios ritmos, con distintos recursos. En cada hogar pasan cosas distintas, en distintos momentos, a distinto ritmo, con distintos recursos. Creo que es una lección que nos va a dejar esta pandemia, un gran aprendizaje para la escuela: padres, alumnos, docentes, directivos, todos escuchándonos para sacar lo mejor de estas experiencias y pensar qué nos dejó esto. ¿El chico en 10 años va a recordar que aprendió fracciones? Probablemente, no. Va a recordar que la escuela lo acompañó, lo contuvo, realizó estos encuentros en los que se sintió parte de algo, en los que pudo expresar cómo se sentía, un espacio para generar vínculos fuertes, la posibilidad de estudiar por sí mismos, con sus propios recursos. Estamos ante un hito para la historia de la escuela como institución”.

REVALORIZAR EL ROL DOCENTE

En cuanto a la oportunidad que está dando la pandemia para repensar la escuela y revalorizar el rol del docente, la entrevistada fue más allá. “La escuela es como un barco al que construimos hace 100 años y veníamos navegando; empezaron a surgir cambios climáticos, pasaban cosas afuera, pero pensábamos que siempre funcionaba bien así; con la cuarentena se rompió el barco y nos quedamos sin él. Estamos todos (docentes, directivos, padres) nadando afuera, viendo cómo nos las arreglamos. En esto hay dos cuestiones fundamentales: la capacidad de los docentes y de la escuela de responder en instantáneo porque en el mundo se paralizó todo, pero la escuela siguió erguida; nunca se detuvo. Mejor, peor, con más o menos recursos estuvo ahí para responder a este reclamo social de contener, educar.

Al mismo tiempo, los docentes se están ayudando entre ellos. Entre todos nos estamos ayudando y saliendo adelante. Los objetivos académicos van a cambiar; no pueden ser iguales. En este contexto, con estos docentes buscándole la vuelta, está surgiendo una creatividad que emociona. Una docente tomó como tema el diario de Ana Frank y les hizo un tour virtual por el museo en Amsterdam y lo recorrieron todos juntos. Después escribieron su diario propio. Van a recordar estas cosas. Otro día les dijo que se fueran a poner la campera porque se iban a Nueva York y les hizo un tour por el central Park con el Street View. Esto va a marcar un antes y un después de cómo hacemos escuela. Veo una pasión que veo en pocas profesiones”.

María Belén González Milbrandt es Lic. en Ciencias de la Educación, profesora en Inglés, especializada en Liderazgo del Cambio en el Contexto Educativo (Universidad de Harvard), es capacitadora y disertante, además de coautora del libro “Un giro copernicano a la educación”.


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