“Reflexiones, experiencias y una visión con el compromiso de mejorar la educación” por Pepe Menéndez

En primer lugar, mis felicitaciones más sinceras por mantener en el tiempo una publicación como la Revista Colegio. Los proyectos salen adelante, se mantienen vivos y cobran sentido porque hay personas detrás de ellos. Hace poco, escribía Xavier Marcet, un experimentado consultor de profunda humanidad, que “las empresas necesitamos resultados para sobrevivir, pasión para derrotar a nuestras inercias y compasión (empatía + acción) para acompañar a las personas”.
En tiempos de cambios tan vertiginosos, que nos provocan un alto grado de incertidumbre, mantener el rumbo es el resultado de nuestras convicciones y nuestra capacidad de adaptación y flexibilidad. No son competencias que se adquieran si no hay una predisposición actitudinal previa y un compromiso con mantenerse actualizado y atento a todo lo que ocurre a nuestro alrededor. Por esto, necesitamos publicaciones como la Revista Colegio, que nos aporta reflexiones, experiencias y una visión permanente con el compromiso de mejorar la educación.
Necesitamos maestras y maestros que deseen escribir, leer y compartir su experiencia. Sin duda, el factor tiempo va a menudo en contra de esta posibilidad. Pero, en el compromiso con la tarea de educar también debe estar el de formarse de manera permanente. No deberíamos verlo como una cuestión añadida o al alcance de unos pocos, sino tan necesario como el aire que respiramos o el agua que bebemos. El desafío de educar, hoy, también es el desafío de rediseñar el tiempo del profesorado para explorar, compartir, dialogar y tratar en profundidad los procesos de acompañamiento del alumnado, sus nuevas maneras de relacionarse, de aprender y de encontrar el proyecto de vida que le estimule a seguir mejorando.
Estas nuevas maneras de ser no deberían representar una novedad, pero los cambios generacionales son tan veloces que muchísimos docentes se ven superados. No hay otro camino que trabajar más en equipo para que emerja la inteligencia colectiva y el enorme capital social del profesorado. Hay que abandonar la solitud de la cátedra y de la creencia del saber omnipotente.
La Academia se encuentra ante el reto de la pérdida de la exclusividad ante la aparición de numerosos operadores que vehiculan información, desinformación, conocimiento y falsedades a partes iguales. La Inteligencia Artificial ha creado algoritmos, que aparecen como el tercero en discordia en la relación entre joven, familia y escuela. Si no somos capaces de dar respuesta y ser referentes, los algoritmos, con su fuerza anónima, son un recurso fácil para muchas y muchos adolescentes.
El profesorado debe comprender que, si no damos valor a la presencialidad escolar, con experiencias significativas, capaces de generar estímulos para profundizar en el conocimiento y en nuestra condición humana, podríamos caer en la irrelevancia.
Siempre tengo una visión optimista. Por eso, creo profundamente en la importancia de educar en la escuela y en la existencia de numerosas personas comprometidas con ello. La Revista Colegio puede ayudarnos a no perder este rumbo. ¡Muchas felicitaciones y muchos años de vida!

Pepe Menendez

Asesor Internacional de Educación e impulsor del proyecto Horitzó 2020 de Jesuïtes Educació