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Revista COLEGIO en Colombia: Modelo Relacional Fontán



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-Julio, gracias por mostrarnos tu colegio y poder recorrerlo. Contanos un poco el comienzo de la historia del colegio y de tu propia historia.
Mi historia es un “poco loca”. Empecé estudiando Administración, pero en esos años inventé un motor de combustión interna. Fui a un centro de desarrollo de la Universidad en Medellín y construí un prototipo. Lo que ahora es la empresa automotriz Renault en Colombia me envió a Washington (EE.UU.) a patentar ese motor y para aprovechar el tiempo estudié ingeniería aeroespacial en la Universidad de Maryland. Me abrieron las puertas en ese momento, a principios de los años ‘80, pero entonces había mucho temor de invertir en esos novedosos tipos de motores por lo que decidí volver a Medellín. Allí comencé a trabajar en el colegio Fontán de Medellín (que era el colegio de mi padre), que es un colegio que comenzó en el año 1957 como un centro de psicología del aprendizaje y que en 1985 fue el primer colegio de innovación educativa aprobado en Colombia. Trabajé con mi padre que era filósofo y mi madre que era filóloga, y entre los dos convirtieron ese centro de aprendizaje en el Colegio Fontán en Medellín.

-Imagino un contexto muy complejo en esos años en Medellín. ¿Cómo eran esos años?
Eran años muy complicados. Primero trabajé en el colegio y luego comencé a viajar asesorando otras instituciones, viajaba bastante a Barranquilla, a Cali, a la zona petrolera, también viajaba a Bogotá para asesorar colegios, pero la comuna de Medellín era muy difícil. Trabajando en Bogotá como asesor recibí de un señor que presidía una cooperativa lechera la propuesta de abrir un colegio innovador. Eso fue disparador, lo analizamos con mi esposa Mary y decidimos abrirlo. Hace exactamente 30 años emprendíamos el Colegio Fontán Capital.
-Contanos sobre esos primeros años del Colegio Fontán Capital.
Es increíble pero estamos cumpliendo 30 años de la fundación del colegio. En ese momento Mary y yo hacíamos todo, ella se ocupaba de todo, el aseo, la cafetería, la secretaría; y yo me encargaba de lo pedagógico. Mis padres desarrollaron una metodología distinta, este año también se cumplen 30 años del fallecimiento de mi padre, que fue una persona que supo desarrollar materiales autodidácticos, flexibles, con proyectos, un modelo vanguardista para la época. Esos materiales eran constructivistas antes que el constructivismo se difundiera en el mundo. Puedo decir que esos materiales desarrollados por él fueron como la plataforma inicial de donde yo comencé a desarrollar mi modelo pedagógico. Nosotros, por ejemplo, en el año 1995 ya quitamos los exámenes. Obviamente tuve que demostrarle con resultados y fundamentos al Ministerio de Educación colombiano por qué, a mi criterio, no tenía sentido tomar exámenes tradicionales y que había otra manera de evaluar si los estudiantes aprendían o no aprendían. Dos años después ya cada estudiante tenía un plan personalizado de aprendizaje. Fuimos transformando y aprendiendo con los estudiantes y de los estudiantes. Y el modelo se fue perfeccionando hasta el modelo que tenemos hoy.
-¿Qué es el modelo FRE?
Nuestro sistema educativo nació en la época de la 1ra Revolución Industrial, que requería gente muy obediente y mano de obra barata que se adaptara a ese modelo productivo. La escuela fue reproductora de ese modelo productivo. Los estudiantes están por cursos porque así es el modelo de la pro- ducción en serie, todos empiezan el mismo día, ven los mismos temas, se visten de la misma manera, hacen los mismos exámenes, y descansan cuando suena la campana como en las fábricas del siglo XVIII. Porque esas mismas técnicas de la industrialización se replicaron en el sistema educativo tradicional industrializado.
La diferencia entre el modelo FRE y el sistema industrializado es que el FRE pone al estudiante en el centro de todos los aprendizajes de verdad, es decir, decidimos poner la educación al servicio de los estudiantes de acuerdo a sus talentos, gustos y preferencias y no a los estudiantes al servicio del interés del modelo industrial que requería el estado. El estudiante empieza a asumir y a tomar decisiones de su proceso educativo, entonces hay realmente aprendizaje autónomo donde el estudiante desarrolla todas sus capacidades para aprender lo que necesita para el resto de su vida. Nuestros estudiantes llegan a la universidad y son autónomos, manejan sus tiempos, cumplen sus objetivos, son ordenados y eso hace que vayan por metas grandes. Nuestra meta es que ellos primero desarrollen esas habilidades y se propongan sueños que puedan alcanzar en su vida.


-¿Qué es lo que diferencia al modelo FRE de otros modelos pedagógicos innovadores?
Aprendemos de los estudiantes. Nosotros hicimos un aprendizaje de la práctica y lo llevamos a la teoría. Por eso querido Marcelo quiero agradecerte tu visita y obsequiarte nuestro libro que es un resumen de nuestras experiencias en el colegio. Aprendimos de los estudiantes y transformamos las maneras de enseñar y de aprender, hemos evolucionado aprendiendo de la experiencia. La Universidad de Barcelona estuvo visitando el colegio, conocieron lo que estamos haciendo y escribieron la sustentación pedagógica, ellos nos proponen como modelo pedagógico. Hace 17 años comenzamos a trabajar con la educación pública en Colombia, aplicando nuestro modelo pedagógico con niños de muy bajos recursos que hoy llegan a la universidad. Luego también comenzaron a replicarlo en Chile, en España y hoy, por ejemplo tenemos presencia en 7 países que están desarrollando nuestro modelo y más de cien mil estudiantes.
-¿Cuál es el rol del docente en el Colegio Fontán?
El trabajo que tenemos como educadores es que los estudiantes aprendan. Tenemos tutores y mentores para los alumnos. Cada estudiante es único para nosotros. Y si cada estudiante es único es diferente a los demás y para ello necesita un plan personal. Cada estudiante tiene un desarrollo diferente, entonces una currícula no puede ser estática, la misma por años, etc, debemos entender las diferencias y ser eficientes en el desarrollo de ese proyecto vital que cada alumno quiere ser. Hay que saber anticiparse a los problemas y estar abierto a la investigación, a la capacitación y al desarrollo. Debemos ser coherentes entre lo que pensamos, decimos y hacemos. Un ecosistema no está centrado en uno de sus actores, sino que es un sistema de relaciones. El tercer elemento que es muy importante es la innovación, porque el enemigo número uno de la innovación es la falta de pensamiento disruptivo ya que, para innovar, hay que construir sobre la realidad. Me refiero a la realidad de la persona, la familia y el colegio que es lo que me permite construir una nueva realidad y entonces así evolucionar. Debemos ayudar los a evolucionar y a transformar realidades.
-Julio ¿has tomado conciencia del impacto de tu trabajo?
Me propuse una meta desde el principio, que los niños y niñas que pasan por nuestra escuela pudieran tener una educación de calidad. El sistema educativo industrializado no ofrece esa opción. Pero todavía tenemos mucho por trabajar y para seguir mejorando, somos una comunidad que aprende.

Nota y fotos: Marcelo Rivera


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