Revista Colegio

Las mejores propuestas educativas

“Volviendo al futuro…” por Ricardo Castro Lechtaler



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25 años de innovación educativa junto a las tecnologías emergentes: un viaje de transformación en el tiempo, desde la visión de una revista pionera que ha sido testigo y arquitecta de la revolución digital en las aulas.

Hace un cuarto de siglo, Marcelo Rivera tuvo una visión disruptiva, anticipando cómo la tecnología cambiaría el concepto y distribución de un medio orientado al ambiente educativo. Este recorrido se puede analizar como un testimonio de éxito y cambio, entrelazando el surgimiento y evolución de la tecnología educativa con la historia misma de este emprendimiento.

A principios de 1999, cuando la Revista Colegio daba sus primeros pasos, los dispositivos tecnológicos recién ingresaban en la escuela. Se trataba de computadoras personales corriendo el sistema Windows 98 y que en general eran confinadas en gabinetes de computación para enseñar programación básica o el manejo de ciertas herramientas de procesamiento de texto.

En sus primeros años, la conectividad era un desafío, un reflejo de la época en que la revista emergía con audacia. Si bien ya existía internet y comenzaban a aparecer algunos buscadores distintos a los actuales (Google se había fundado en Septiembre del 98), la velocidad de conexión era muy limitada, y el acceso vía modem difícil, inestable, y lento, desesperantemente lento.

Se vislumbraba el potencial para el aprendizaje en línea, pero con un ancho de banda tan pequeño, la mayoría de las soluciones se empaquetaban en un CD ROM, elemento casi obsoleto en la actualidad. Todavía faltaban varios años para que Clayton Christensen relacionara su teoría de la innovación disruptiva con el advenimiento de la enseñanza en línea, e hizo falta un penoso acontecimiento, como fue la pandemia, para que la humanidad lo pusiera realmente en práctica.

Es difícil encontrar datos sobre la inteligencia artificial en esa época. Al igual que la revista, cuyos fundadores trazaban un rumbo sin conocer completamente su destino, había algunos grupos de investigación en laboratorio enfocados en codificar los principios del razonamiento, algo que condujo a los sistemas expertos. Aunque no se percibía su impacto en educación, estos primeros pasos sentaron las bases para el desarrollo posterior de sistemas de tutoría inteligente y evaluación que hoy funcionan dentro de la mayoría de las aplicaciones educativas.

A medida que la revista se consolidaba como un referente disruptivo, una tecnología educativa que estaba en sus primeras etapas y pasaba desapercibida como las plataformas de aprendizaje adaptativo, evolucionaban en su desarrollo y hoy ya son parte del ecosistema de aprendizaje de muchas instituciones.

El advenimiento del nuevo siglo marcó un hito en la historia de la revista y la educación. La baja de costos en el hardware junto a la aparición de equipamiento cada vez más potente y portátil, facilitaron la rápida extensión y acceso a las redes conectivas.

Más que un cambio tecnológico fue un cambio social, nuestra forma de vivir, de relacionarnos, y de aprender sufrieron un cambio brusco. Aquellos que tuvieron la visión de emprender un camino disruptivo no sabían de qué manera se iba cristalizar, pero perseveraron y hoy triunfan.

Un aspecto fundamental para comprender la visión y acciones de estos pioneros estuvo relacionado con sus creencias y concepciones sobre las nuevas tecnologías. Estas no surgieron en forma abrupta, sino que se fueron moldeando con lectura, experimentación, aciertos y fallas, pero siempre manteniendo sus ideas.  Aproximadamente en la misma época (2020), Jerome Bruner escribía en “Actos de Significado: más allá de la revolución cognitiva”, que las experiencias, valores y creencias actúan como filtros que moldean la forma que percibimos y comprendemos el mundo que nos rodea. 

En este contexto, los directivos también fueron pioneros en la manera de gestionar la escuela postmoderna. Su rol mutó de aquel que lideraba un equipo pedagógico cuya función principal era la eficiente transmisión de los conocimientos, al líder tecnopedagógico que debe administrar la integración de las tecnologías emergentes como las plataformas de aprendizaje, la inteligencia artificial, o los monitores interactivos, por nombrar algunas de las que han marcado tendencia este año, con estrategias pedagógicas que incluyen el uso de pensamiento computacional, clase invertida o trabajo por proyectos.

El desafío de la revista y la educación en estos 25 años ha sido monumental, pero ambos han demostrado que cuestionar preconceptos sobre la tecnología, experimentar con ensambles personalizados y apoyar a los innovadores docentes es la clave para el éxito.  Así han tejido una narrativa de cambio, perseverancia y visión compartida, transformando la educación como la conocemos y dejándonos un legado extraordinario.

Mg. Ing. Ricardo Castro Lechtaler


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