Revista Colegio

Las mejores propuestas educativas

Almando en Harvard



COMPARTÍ EN REDES SOCIALES

“Reconocer a temprana edad los talentos de tus hijos, con tu participación y colaboración pueden transformar esos talentos en algo virtuoso”

Hace pocos días conversaba con un amigo quien en el tiempo se ha convertido en un mentor para mí, con él solemos hablar de habilidades y talentos en los seres humanos y como crear un liderazgo en nuestros hijos que les permita crear y caminar en el bienestar y el éxito. En una de nuestras conversaciones él me pregunta: En esta era de la digitalización, el exceso de pantallas y el poco control parental ¿Como puede un adolescente conocer sus talentos?

En la columna de esta edición partiré por lo más importante, esto nos ayudará a entender diversas creencias en base, no solo al éxito, sino también al talento. 

Lo común es que muchas personas sientan que no son talentosas, incluso aquellas a las cuales tú ves que en su vida profesional lo son, ellos siguen ignorando cuáles son sus mayores habilidades y por consecuencia sus talentos. Si ellos, que nosotros los vemos, no logran reconocerlo, ¿por qué y cómo yo lo haría? Ahí está principalmente como seres humanos y como padres, nuestra gran misión.

Hace 2 semanas recibí una invitación extraordinaria. Fui seleccionada en el IV Congreso Mundial de Mujeres Líderes para dictar una Conferencia, nada más y nada menos que en la prestigiosa Universidad de Harvard. En ese espacio estaré hablando de lo que hoy quiero compartirte. 

Luego de años y años de estudio, analizando diversos autores y resultados de evidencia científica, sentía que ninguna de las propuestas de estos autores coincidía con mi manera de ser, me sentí excluía de toda teoría. Entonces tomé esta información pensando en la cantidad de niños, jóvenes y adultos que deben estar sintiéndose igual que yo: Sin un conocimiento absoluto de sus talentos innatos, de cómo trabajar en ellos, su misión y/o propósito en la vida, el gran “Para qué” y realmente sentirlo. 

Entonces cree una nueva filosofía: Existen 2 tipos de patrones del talento. 

El primero y del que todos hablan, al cual pertenecen muy pocos seres humanos y al que todos deseamos pertenecer, pero no somos parte: El talento físico visible. 

Tienen a su alrededor un entorno que apoya inconscientemente y desarrolla mediante el efecto Pigmalión sus talentos dado a que comúnmente están diciéndoles: que lindo cantas, que bien bailas, un extraordinario gimnasta, un futbolista increíble, un pintor sin igual, un músico fabuloso etc., y como ya sabemos de efecto Pigmalión, comprendemos que esta forma de entregar confianza ayuda mucho en las creencias personales y autoestima (aunque ya verás que no determina). Como dice el dicho “Trátame bien, que así confío más en mí. Trátame mal, que no es a ti a quien dejo de querer, sino a mí mismo”. 

En este grupo de personas hay 2 sub grupos. En uno hay padres o mentores que fomentan el desarrollo de tus habilidades, y también estos mismos te motivan a seguir creciendo, superarte, a perseverar cuando el aburrimiento, la frustración o la falta de motivación decae. Ahí están ellos para enseñarte de que solo perseverando crearás la disciplina que necesitas para triunfar. 

En el otro subgrupo hay padres o mentores que solo les dicen lo bien que lo hacen, pero no ayudan a perseverar, en el fondo: son extraordinarios alentadores, pero no patrocinadores. En este último caso, el talento podría perderse. Para que el talento físico visible sea finalmente talento, tiene que ir acompañado de una mente y emocionalidad entrenada y disciplinada.

El segundo, del que nadie habla y ahora comenzarás a hacerlo: El Talento físico y/o emocional no visible. 

Podría apostar que el 70% o quizás más seres humanos están aquí. En mi grupo. Somos parte de esa sección del mundo en donde no tocamos guitarra, ni cantamos bonito, menos tenemos dotes deportivos ni somos ‘Picasso’. Nuestras mejore capacidades inician desde lo psicológico y lo emocional. Por consecuencia, contamos con múltiples habilidades internas las cuales no son visibles fácilmente careciendo de un entorno (padres o mentores) que nos digan para lo que somos buenos diariamente y como mejorar aquello que necesitamos para convertir nuestras capacidades en habilidades y mediante el trabajo sistemático en talento. En conclusión, nosotros trabajamos inconscientemente solos, gracias al desarrollo gradual de nuestro cerebro en su madurez. Cuando incluimos al entorno podemos encontrar fácilmente participantes del Efecto Goleman, por ejemplo: un niño que tiene la habilidad de la comunicación, manifestando verbalmente su pensamiento de manera reiterada ¡Un verdadero contador de historias! es normal escuchar a padres decir: ¡Cállate por favor que estás hablando mucho! En vez de potenciar y guiar el talento, lo anulan. 

Crecemos en el no y en la limitante convirtiendo nuestro estado interno emocional más miedoso e incapaz. Lo bueno de esto, es que tiene solución. 

1. Educarnos en base al talento para reconocer nuestras propias habilidades y talentos, y las de mis hijos. 

2. Saber codificar, acompañar y guiar esos talentos. 

3. Hacer la transferencia emocional, dejar de sentir la incapacidad para sentir la inspiración de uno mismo al querer lograr nuestros objetivos. 

Jamás pensé que iba a dictar una conferencia en Harvard, y gracias a la creación de método y la educación del Talento, estoy lista para ir este 20 y 21 de junio. 

Tú también puedes ser parte de Almando y de tí conociendo tus habilidades y Talentos. 

GIANCARLA MARISIO
@giamarisio
Directora y fundadora del Proyecto Almando, especializada
en Familias y Educación, Fundadora
y Directora Ejecutiva Transfórmate Spa (Chile).
Divulgadora en Salud Mental.


COMPARTÍ EN REDES SOCIALES