“Conócete a ti mismo y conocerás a los dioses y al universo” dice el antiguo oráculo de Delphos. Y a más de 2.500 años de que conocemos este mensaje, nos sigue sorprendiendo su sabiduría. Pero ¿qué es conocerse a uno mismo? ¿de qué forma el pensamiento crítico puede ser un medio para lograrlo? y ¿por qué es importante en la educación?
El autoconocimiento es la comprensión y entendimiento que tenemos sobre nosotros mismos, por medio de este logramos tener claridad respecto de nuestras ideas, valores, sentimientos, emociones, acciones… Es un ejercicio introspectivo que se basa en la observación de quiénes somos desde una visión amplia, esto es a partir de una mirada que contempla las diferentes perspectivas tanto aquellas que son positivas como negativas; el autoconocimiento nos ayuda a cuestionar nuestro ego y lograr con ello una forma de vida autónoma. Nos permite construir de manera consiente nuestra personalidad, potencia nuestras habilidades y nos ayuda en el crecimiento profesional. Es importante tener en cuenta que este ejercicio es permanente, por lo que en cada momento de nuestra vida tenemos la oportunidad de autoconocernos. ¡Somos como un libro que se escribe cada día!
Ahora bien, ¿qué herramientas tenemos para desarrollar el autoconocimiento? A lo largo del camino de la humanidad hemos generado una gran diversidad de propuestas, en estos tiempos muchas de ellas siguen vivas como las que encontramos en el budismo o las filosofías de américa, y también la del pensamiento crítico, en esta última nos centraremos por ahora. De acuerdo con Arias, “el pensamiento crítico es la habilidad de dirigir el pensamiento hacia su mejoramiento u optimización, más allá de su propia inercia. Es decir, es un Tipo de Pensamiento que está dirigido hacia el reconocimiento y solución de un problema o en su caso de una situación problemática de la mejor manera posible.”[1] Por ello resulta fundamental para el autoconocimiento pues nos permite detener el pensamiento y la acción, y generar condiciones pertinentes para el reconocimiento o solución de un problema el cual puede ser de cualquier tipo por ejemplo: aprobar una materia, definir un lugar de residencia, construir un proyecto profesional y ponerlo en marcha, establecer límites a determinados hábitos, determinar la vocación, solucionar un problema en el hogar, mejorar la comunicación con nuestros compañeros, etc. El pensamiento crítico es una herramienta práctica que considera el contexto de cada persona o grupo por lo cual puede ser visto también como una actitud ante la vida, una práctica personal y social. Su uso no se restringe a un grupo académico especializado, de manera tal que es posible desarrollarlo en infantes, adolescentes y adultos en cualquier ámbito.
Así pues, en la escuela podemos hacer un uso favorable del autoconocimiento a través del pensamiento crítico para que las y los estudiantes de los distintos niveles académicos puedan: tener una relación significativa con sí mismos y con los contenidos de las asignaturas que cursan, desarrollen su potencial creativo, construyan un proyecto de vida, reconozcan sus habilidades y trabajen sobre ellas, mejoren su autoestima, etc. Para ello es importante que las asignaturas no se “aislen” unas con otras sino que se puedan ver imbricadas entre sí y desde ese lugar aporten al estudiante aspectos como:
- Encontrar sentido al mundo del que somos parte. Muchos de los grandes científicos como Galileo iniciaron con la pregunta por el lugar de la humanidad en el cosmos y partiendo de ahí profundizaron en sus investigaciones.
- El desarrollo positivo de la identidad a través de la motricidad. Ser conscientes de nuestro cuerpo, valorar sus capacidades, y mirarlo como parte de un todo orgánico (el yo) amplía la perspectiva de la actividad física e invita al autocuidado y al logro de desafíos permanentes.
- Conocer qué nos une como humanidad y reflexionar sobre nuestras acciones y valores. Saber qué han hecho otras civilizaciones o personas es fundamental para reflexionar nuestra actualidad y emprender acciones conscientes que favorezcan a la mayoría humana y no humana.
Sin duda hay muchas más ideas que pueden ser reflexionadas en el aula, la biología, las matemáticas, la física o la ética tienen valiosos contenidos que son de ayuda para que las y los estudiantes vean la escuela como un lugar de autodescubrimiento, asombro y desafío. La invitación de este breve texto es a volver continuamente la mirada hacia el sentido que tienen las asignaturas y cómo estás pueden ser benéficas para que muchas personas encuentren su vocación, desarrollen su autocuidado y crezcan de manera auténtica, satisfactoria y con espíritu comunitario.
[1] Arias Vazquez, Juan Carlos. “La acción de argumentar en el pensamiento crítico, bajo la perspectiva de la teoría de la argumentación” en Lógica(s), Argumentación y Pensamiento crítico. Didáctica, Problemas y Discusiones, coords. Jesús Jasso Méndez; Claudio M. Conforti y Elizabeth Jasso Méndez (México, Editorial Torres Asociados, 2020), 489 – 506.
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