Revista Colegio

Las mejores propuestas educativas

“Medir para mejorar”



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‘La educación es el arma más poderosa que puedes utilizar para cambiar el mundo’, decía Mandela. Reemplacemos arma por herramienta, o estrategia, o acción coordinada, o política pública, y nos encontramos con una máxima tan verdadera como permanente, para cualquier época de la historia. Inclusive para esta época de la inteligencia no humana, como la llama Harari.

De todas las acciones impulsadas en los últimos años en el campo de la educación, considero que la práctica de medir regularmente los aprendizajes escolares y transparentar sus resultados es tal vez la más importante de todas. Si bien puede parecer solo una cuestión administrativa, tiene un fundamento político profundo, y un impacto pedagógico transcendental. Si creemos que la educación es aquello que afirmaba Mandela, qué mejor manera de ser consistentes con tal creencia, facilitando que medios de comunicación,

El Operativo Aprender es el punto de apoyo de esa herramienta a la que hace referencia el exmandatario sudafricano. Sin medición de aprendizajes, mal puede cualquier gobierno proponer y realizar los ajustes que crea necesarios para mejorar el impacto de sus políticas educativas. Los aprendizajes escolares son gestionables si se los conoce, y darlos a conocer es una acción política valiente y decidida, especialmente cuando no muestran resultados positivos. No hay peor ciego que el que no quiere ver.

Es cierto que la tradición de medir aprendizajes escolares en nuestro país data de 1993, y que el primer Operativo Aprender del año 2016 fue el operativo número 15 desde que se inició esta práctica. Los antecedentes inmediatos habían sido los Operativos Nacional de Evaluación (ONE) de los años 2013 y 2010. Pero también es cierto que Aprender es el primer operativo de carácter censal, lo cual es toda una originalidad e innovación para nuestro país. Ya no se trata de muestrear, sino de sacarle una radiografía completa al sistema escolar todos los años, con todas las complejidades que la escala, el federalismo y la política partidaria generan. A pesar de ello, con cambio de gobiernos y pandemia de por medio, la acción de medir en forma censal no se detuvo, ofreciendo a la política de todas las provincias, pero principalmente a la sociedad, la oportunidad de analizar cientos de miles de datos educativos escolares, de juzgar la calidad de las acciones de los gobiernos en materia educativa.

Los resultados de aprendizaje de la última medición, que no fueron favorables, ya fueron largamente debatidos en medios y foros, e internalizados por los responsables de operar la botonera del sistema escolar. No creo que sea necesario volver sobre ellos en estas líneas. Aquí lo que intento hacer es celebrar que tenemos muchos datos frescos de todo el país que nos dicen cosas sobre la calidad de los aprendizajes escolares.

Medir y publicar los resultados de aprendizaje de nuestros alumnos expone y somete en forma deliberada a responsables políticos y pedagógicos al permanente escrutinio de nuestros ciudadanos. Es una acción que hace más responsables a los gobernantes frente al mandato de gobernar y administrar el Estado, y que nos impone un ritmo de trabajo incansable. A pesar de que mostramos los mejores resultados de aprendizaje, igual queremos seguir mejorando. ¡Debemos seguir mejorando!

El expresidente Lincoln sostenía que la filosofía del aula en una generación será la filosofía del gobierno en la siguiente. La filosofía educativa de hoy, impulsada a través de acciones claras de transparentar los aprendizajes, será el mandato de estos aprendices cuando finalicen sus años de escolaridad. Además de los aprendizajes y las enseñanzas que se lleven, que año tras año serán más afines a su época, graduarán con el claro mandato de hacerse responsables de sus acciones. Es que transparentar no solo mejora lo que se muestra, sino que además nos habitúa con la responsabilidad de dar cuenta de aquello que se muestra en cada oportunidad.

Juan María Segura


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