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La autenticidad y la emoción, claves para innovar en la escuela



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El profesor y conferencista internacional, creador de plataformas multipremiadas, Pablo Aristizabal, dialogó con Revista Colegio, en el marco del ciclo de conferencias en vivo por Instagram. Allí se refirió a la innovación educativa, la tecnología en el aula y a la importancia de emocionar a los chicos, e hizo hincapié en los seis aprendizajes fundamentales que debe brindar la escuela.

  • ¿Cómo emprendedor qué significa innovar?

“Al tema de la innovación le di muchas vueltas. Como tuve la suerte de crear una cátedra (la de Emprendedor XXI) en la UBA. Cuando hace 15 años la construí el programa lo tuve que desarrollar yo y la Universidad me lo aprobó. Entre esas cosas estaba la respuesta a innovar. Innovar viene de introducir cosas nuevas pero la gran pregunta es qué es introducir algo nuevo. La gente habla de innovación y la imagina como algo totalmente disruptivo frente a lo anterior y de lo que se trata es de introducir cosas nuevas e la vida. Este proceso de innovación puede transformarse o no en una gran innovación, pero es una innovación el hecho de introducir cosas nuevas. El planteo que les hago a los alumnos es qué están introduciendo nuevo en su vida, en su propuesta de valor, en la escuela para que mejore los procesos. Ese proceso de producción de nuevas maneras es un proceso de innovación”.

  • ¿Cómo podemos ser innovadores en educación?  

“A mí me sirvió mucho pensar la escuela a partir de los aprendizajes fundamentales. Cuando yo digo de innovar introduzco algo nuevo en los aprendizajes fundamentales. Es un proceso del cual no puedo despegarme. Nosotros creamos la serie ´Los creadores´ y es la lucha entre los protagonistas del parecer versus los del hacer y del crear, que son estas personas que introducen cosas nuevas todo el tiempo. La gran lucha que tiene el mundo hoy es la falta de autenticidad. La gente quiere parecer cosas en vez de ser un protagonista del hacer y del crear. Es auténticamente introducir cosas nuevas desde mi colegio, desde mí. Si no hay autenticidad no hay innovación.

Donde hay autenticidad hay emoción (que viene de motor) y conmoción. Con la educación no hay que motivar a los educandos sino emocionarlos. El motor de la acción es la emoción y no la motivación y la escuela toma como centro la motivación.

https://www.instagram.com/tv/B_Dnsa1FJIP/

La pregunta es a qué vino el cerebro al mundo y vino a aprender. Entonces, no podemos hacer que el niño no desee que el aprendizaje sea una emoción de vida porque es el motor de lo que nos hace humanos. No puede ser que en el aula se aburra cuando es el estado puro de lo que nos hace humanos.

Yo pensaría a la escuela como seis aprendizajes fundamentales:

  • Aprender a hacer (esencia)
  • Aprender a vivir juntos (convivencia)
  • Conocimiento: para traer nuevas conversaciones curriculares que definan tu potencial de ser. Actualmente no hay conversaciones curriculares. Se habla. No es lo mismo que conversar porque éste es el arte de escuchar. Es un proceso de a dos, no de uno llenando un saco vacío.
  • Aprender a aprender: es la meta cognición. Es mucho más importante cómo yo aprendo que lo que aprendo en un mundo de cambio constante.
  • Aprender a aumentar: si potencio mi inteligencia biológica con mi inteligencia artificial. La escuela debe dar este aporte de que con la tecnología se puede aumentar la inteligencia biológica.
  • Aprender a crear: le agrego mis ideas. El hacer está en el campo de la inteligencia (hacer que las cosas sucedan), pero lo importante es que sea una idea tuya, en el orden del pensamiento. ¿Cómo se enseña a crear? Creando.

Debemos preguntarnos en la escuela cómo innovamos para que sucedan estos aprendizajes fundamentales. ¿Cómo puede ser que un chico que sale de la primaria mate a otro en un robo sin ninguna contemplación? No hay esencia ni convivencia. Perdimos dos de los aprendizajes fundamentales”.

  • ¿La tecnología sería un medio o un fin?

“Es un medio, no un fin en sí misma. A la escuela no se va a estudiar sino a aprender. Estudiar es la manera que yo tengo de aprender o una de las maneras. La escuela es un medio, no un fin. Es una tecnología que me permite generar nuevas conversaciones curriculares. La escuela no es formación sino que da forma. Es la institución más importante que tenga una nación para generar ciudadanía y estos seis aprendizajes fundamentales. No se les puede dar a los padres esa responsabilidad. No podemos delegar esto en los padres. Es una responsabilidad del Estado brindar estos seis aprendizajes para poder generar ciudadanía y potencial de ser; si no generás una sociedad frustrada que nunca va a ser feliz. Se sale del problema no con más educación sino con una nueva educación que contemple el conocer pero también los seis aprendizajes fundamentales”.

  • ¿Esta crisis la ves como una oportunidad?

“Sí, totalmente. El maestro con los alumnos tiene un proceso sincrónico. La tecnología no puede descontextualizarse. Los pedagogos prácticamente no saben nada de tecnología. Sorprende el gran número de alumnos de Económicas que no saben pensar en porcentajes. Hay que saber a dónde queremos ir, cómo me aporta la tecnología a la pedagogía, a la didáctica y a los aprendizajes fundamentales. En esa lógica e ingeniería hay tres cosas que la escuela tiene que saber y es que pasa de un aprendizaje estandarizado a uno personalizado donde gira el currículum alrededor del niño y no al revés. Tenemos que personalizar el aprendizaje y la tecnología puede dar un aporte muy grande.

Además, tenemos que generar autonomía como aprendizaje fundamental para poder recorrer el mundo de cambios que se nos viene”.

  • ¿Qué es el grupo Competir y qué ofrece a la crisis?

“La gente ve la palabra competir como negativo y para mí es todo lo contrario. Yo compito y tenemos que hacer que los niños compitan con el que fueron ayer, para ser mejores. El slogan de Competir era particular. ´Competir, aprender a compartir´. Sabíamos que se venía la ola de la información. Competir en la era industrial era destruir al otro. En la era del conocimiento es aprender a compartir. Es competir con uno mismo para ser mejor persona, más auténtico, mejor ciudadano, mejor padre y también para crear valor. Los niños tienen que sentir que compiten con el que fueron ayer para ser mejores”.

“Muchas veces me preguntaron si emprendedor se nace o se hace y yo digo ni una ni otra. Se encuentra en el arrojo. Uno de los obstáculos del emprendedorismo es el miedo. Es el problema que la escuela tiene que mejorar, tiene que promover el arrojo, promover que los chicos se arrojen en el proceso de adquisición. Si no, no hay posibilidades de hacer auténtico. La escuela tiene que tener laboratorios de creación. Yo fui a una escuela industrial y de ahí nos llevamos la capacidad de transformar; pudimos sentir en nuestras manos que teníamos la capacidad de transformar. Hay que perder el miedo a equivocarse, proponer enseñanza y aprendizaje basado en proyectos, flip classroom, trabajo en equipo, aprendizaje personalizado”.

Creador del Grupo Competir, con más de 20 años de trayectoria en el mercado Edtech (Tecnología Educativa) de Hispanoamérica, Pablo Aristizabal puso al alcance de todas las instituciones educativas y gobiernos de la región el acceso libre y gratuito de su solución Aprender en Casa por todo el Ciclo Lectivo 2020, para los niveles primaria y secundaria, en el marco de la pandemia del coronavirus. Creó Competir en 1997 y Aula 365 en 2007, pero fue en 2012 cuando su iniciativa ganó los primeros lugares de atención, sobre todo en los niños, al presentar la serie para televisión Los Creadores. Recibió varios reconocimientos, entre los más importantes el Premio Naciones Unidas y el Gold Creator Award de Youtube por su canal Educatina.


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