Revista Colegio

Las mejores propuestas educativas

“No hay nada mejor que tener docentes motivados”



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Para Jennifer Verschoor, especialista en Innovación y Tecnología, “no hay nada mejor que tener a un docente motivado” en el aula. En diálogo con revista Colegio en el ciclo de conversaciones en vivo por Instagram, se refirió al desafío de innovar en la escuela en contextos de complejidad y aseguró que los educadores “están dando lo mejor de sí” en este difícil contexto de pandemia mundial.

  • ¿Cómo está funcionando la educación online en la Argentina?

“Estamos en una situación de enseñanza remota de emergencia que es muy diferente al trabajo en línea. El 91,3% de las escuelas a nivel mundial cerraron. La enseñanza en línea funciona perfecto. Las mejores universidades abren sus aulas al mundo pero esto fue muy diferente, de un día para el otro. No hay antecedentes de algo así”, expresó respecto de la imprevista pandemia del coronavirus y su impacto en la enseñanza en todo el mundo.

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“Además de trabajar en línea estamos trabajando a distancia, que lo hace más complejo. Cuando estamos trabajando en línea se tiene un libro y se piensa cómo complementarlo con contenido digital. Se tiene una clase semi presencial. Muchas docentes ya trabajaban así pero hoy en día estamos alejados del alumno; a través de una cámara no podemos entender qué le pasa a un alumno. Esto es un enorme desafío para los más chiquitos, para los de primaria. Es un enorme desafío para todos porque nos hace repensar la educación en sí. La enseñanza y la forma en que se están enseñando no es nueva.

Siempre tenemos que enfocarnos en la pedagogía, lo que queremos lograr en este contexto de emergencia. Axel Rivas sacó un documento que habla de la pedagogía de la excepción. Dice que se modificó el algoritmo. Docentes y escuelas harán lo que puedan lograr según sus circunstancias. Lo importante es la motivación del docente, más allá de la herramienta tecnológica que posee y la pasión que ponga en el proceso, en el proyecto”.

¿Cómo trabajar en estos contextos remotos en Educación Física, por ejemplo, con chicos con dificultades de aprendizaje?

“Cuando pensamos en enseñanza remota, en línea, siempre estamos preocupados por quién se conecta y quién no. Nos olvidamos de qué pasa con estos chicos que no pueden leer tanto, como los disléxicos. Hay herramientas que se pueden usar como El lector inmersivo, que hace que la computadora le lea al alumno cualquier texto digital y si el chico tiene un dispositivo móvil le saca una foto, lo sube y la computadora le puede leer texto.

El alumno que ya es autónomo sabe cómo trabajar, ya adquirió el hábito, pero, quienes no, necesitan de sus papás al lado para hacer los ejercicios. Es un momento muy interesante para que las docentes de inicial escriban su propia historia porque no hay bibliografía. En este contexto, lo que los alumnos quieren es verse. Esto fue muy abrupto. Necesitan ver a su docente, que se grabe y que en algún momento del día la pueda escuchar y verla.

El gran problema de hoy en día es la equidad. Esto generó una brecha más grande entre los que tienen y no posibilidades. A la vez es un momento muy fértil para la innovación“.

Relación familia-escuela

¿Qué impacto puede tener en la relación escuela familia?

“Creo que las familias se dieron cuenta de la importancia del rol de la escuela. Hoy en día el docente tiene muchas más funciones. Siempre fue experto en la parte académica y a nivel organización, pero ésta se modificó 100%. Después tenemos el tema técnico. De repente el docente es un profesor de informática sin querer serlo. Y luego viene la parte social., Aunque sea a nivel remoto sería bueno hacer recreos virtuales. Los alumnos necesitan verse.

Con respecto a las familias, tienen que pensar actividades de goce. El aprendizaje debe ser un momento para conocer algo en conjunto y que realmente lo puedan disfrutar. En muchos casos se pueden conectar en el momento que puedan. Es un momento para reevaluar con qué nos quedamos después de todo esto. Replicar la misma currícula docente en forma virtual es equivocarse. Tenemos que empezar a pensar qué competencias queremos que los alumnos puedan trabajar una vez que pase esto. Creo que es el momento de un cambio de paradigma pero no se puede hacer todo junto. Hay que repensar, rever. El desafío que vamos a tener es cuántos chicos van a querer volver a la escuela. Tenemos que pensar muchísimo qué contenido le vamos a dar a nuestros alumnos“.

¿Es un excelente momento para generar alianzas con instituciones deportivas, de salud, etc. pero la escuela no se abre sintiéndose aprendiz?

A los chicos les gusta resolver problemas del mundo real. Si vamos repensando este momento dándoles contenido a los alumnos para que puedan repensar problemas actuales y puedan solucionarlos la enseñanza va a ser altamente significativa. ¿Cuántas escuelas trabajan con el tema del desarrollo sostenible?

Uno de los proyectos que hicimos fue el del Delta. Admiro mucho a las directoras, que viajan tres horas para ir a la escuela y además de directoras son enfermeras, etc. Allí hicimos un proyecto donde trabajamos el tema del agua y qué mejor que los chicos de allí hablando sobre la importancia del agua. Fue muy significativo porque involucró a todas las familias. Es muy importante socializar las problemáticas y repensarlas entre todos.

La enseñanza ya no va a ser yo. Va a ser nosotros. Sería buenísimo pensar qué está funcionando en este momento en la educación, que todos puedan compartirlo y reevaluar con qué quedarse y con qué no.

¿Qué es un proyecto de desarrollo sostenible como éste?

“Es un proyecto de la UNESCO. Lideres mundiales se juntaron en 2015 para evaluar las problemáticas a nivel mundial y que empecemos a pensar las soluciones a estos problemas. Uno es la calidad educativa, cómo logramos que haya equidad de género, agua potable. Son cosas básicas que todo el mundo debería tener y hoy en día con la pandemia las brechas son aún mayores que antes.

Innovación educativa

¿Cuál es el punto de largada para innovar en un marco de complejidad?  

“Hay tres áreas importantes: el docente, que tenga ganas de salir de su zona de confort, que ahora les pasó a todos; los alumnos, que también estén motivados en el proyecto y que toda la dirección del colegio esté de acuerdo. Sin esos tres ámbitos es muy difícil innovar.

Escuchar a los alumnos es muy importante, traer sus ideas al aula, que puedan ver éstas en concreto y si pueden ayudar a otro, mejor. La idea es que puedan utilizar las innovaciones. Este es un contexto de emergencia. La innovación toma tiempo y una vez que funcionó hay que socializarla con el resto de la comunidad educativa. Necesitamos innovaciones, sobre todo después de la pandemia, para generar un cambio.

En este contexto de emergencia remota lo académico no es lo más importante. Es un momento para hacer un balance mucho más allá de llenar una fotocopia. Debe ser un balance entre lo artísitico, lo académico, lo físico, lo emocional. Si mi rol es terminar la currícula sin preguntar a los alumnos cómo están, etc, es difícil pensar en un aprendizaje de calidad. Debe haber un balance entre muchos más factores. Hay que hacer que los alumnos se muevan más. Están demasiado tiempo conectados; no es bueno. Tenemos que sacar la parte positiva, el buen uso de lo que hacen. Aprovechemos este momento para enseñar a todos los alumnos cómo pueden trabajar con la ciudadanía digital, cómo buscar información online, si es fiable o no, cómo manejar herramientas, cómo tener en cuenta la seguridad. Mucha gente no sabe utilizar las herramientas y se generan momentos muy incómodos.

La tecnología es una herramienta más en el aula. Lo más importante siempre va a ser el docente, con o sin libro. Mis mejores docentes no usaban nada de tecnología. Cuando volvamos no va a ser lo mismo. No vamos a pensar la parte social como hacíamos antes. El distanciamiento social nos va a costar mucho a los argentinos; va a ser desafiante para los docentes y para todas las instituciones. Todos queremos vernos; nunca va a ser lo mismo que trabajar en forma remota“.

¿Qué podés contarnos sobre tu experiencia con el proyecto Kakuma para enseñar a chicos en un campo de refugiados en Kenya?

“Se trata de un proyecto de Koen Timmers, un belga que empezó a dar clases en un centro de refugiados en Kenia. Hace unos años gané la primera beca de Microsoft y lo conocí a él en la sede central de la empresa. Yo era una de las pocas latinas y él buscaba a personas de distintos continentes para empezar a dar clases a un campo de refugiados a través de Skype. Le dije que cuente conmigo en lo que pudiera ayudar y pudimos hacerlo. Al principio fue complejo, tenía subvención, luego se cortó lamentablemente y él empezó a repensar cómo obtener fondos para estos chicos; logró que lleguen fondos, tener computadores y unos jóvenes en EE.UU crearon una mochila que generaba paneles solares para poder tener electricidad y así, tener clases. Con mis alumnos nos conectamos en medio del mundial de Rusia. el día que jugaba Argentina-Nigeria. No se podía hablar de un montón de cosas porque vienen de un contexto de guerra. Había que poner en contexto cómo viven; fue una experiencia hermosa. Terminaron cantando y bailando juntos. No había diferencias. En este momento tan complejo tenemos que lograr que las docentes se puedan conectar con otras y los chicos conocer otras realidades. Este año se creció muchísimo en el campo de refugiados. Esto me permitió ganar una beca e ir el año pasado al MIT en Boston (EEUU) y ver otras realidades y cómo trabajan en contextos mucho más complejos. Este es un claro ejemplo de que cuando se quiere se puede. Hay muchas docentes argentinas que dieron clases. Es un proyecto muy lindo. Invito a docentes que quieran empezar a dar clases, que son en inglés, a sumarse”.

Si se puede dar clase en un campo de refugiados, se puede en el peor de los contextos”.

¿Tenés además una diplomatura en innovación en habla inglesa?

“Me convocaron para ser la tutora de una Diplomatura en Innovación y Tecnología Educativa a través de la UTN de Resistencia. La idea es formar a las docentes en todos estos nuevos paradigmas que hace años están pero la idea es entender cómo empezar a trabajar con la integración de tecnología en el aula. Van a ser tres módulos específicos y los docentes podrán hacerlo cuando quieran y puedan. En total van a ser seis meses, con un módulo que va a hablar de educación, otro de nuevas tendencias en educación y un tercer módulo más práctico. Se analizarán muchos ejemplos de innovaciones a nivel mundial para repensar qué traer a nuestro contexto”.

La escuela de la post pandemia

¿Cómo será el día después en las escuelas?

“Me imagino un paradigma educativo totalmente diferente, docentes mucho más flexibles, más cansados. Hay que cuidarlos mucho porque es increíble todo lo que se ha logrado en tan poco tiempo. Hay casos en los que el docente, sin tener los recursos, sigue enseñando. Uno de los grandes desafíos es cómo los cuerpos directivos van a empezar a analizar la información, el aprendizaje, la comunicación en el colegio. El aprendizaje no va a ser el mismo. Es un enorme desafío. Esto va a generar que el docente sea un aprendiz para toda la vida. Habrá que generar espacios en la escuela donde el docente pueda aprender. Hoy en día la escuela no está pensada para eso. Tiene que haber nuevos roles y capacitación para los docentes, según el proyecto educativo de cada institución educativa”.

Jennifer Verschoor es líder de Innovación & Tecnología. Se graduó en la Escuela Escocesa San Andrés en 1991. Es Profesora Universitaria, Traductora Pública Nacional y Licenciada en Dirección y Supervisión de Entidades Educativas de la Universidad Católica Argentina. Además, es capacitadora de ESSARP en la integración de  tecnologías aplicadas a la enseñanza del inglés. Posee una sólida experiencia como oradora,  disertando y capacitando a docentes y directivos tanto en instituciones en nuestro país como también en conferencias locales e internacionales. Actualmente se desempeña como Líder de Innovación y Tecnología Educativa en St Andrew´s Scots School.


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